¿De qué ha de temer el presente?, cuando
realmente no existe un futuro consiente tan solo la proyección del razonamiento
asociado al prever la consecuencia de un posible suceso aislado, es el devenir,
tan solo el efecto del cronológico trayecto, ha de ser justamente eso, por
tanto el vivir consecuentemente estará ligado a la temporalidad que no
representa ni futuro ni pasado, es el continuo intervalo finito en el tiempo,
continuo vivencial. Es así realmente la existencia “actual”, el accionar del
momento, manifestación del pensamiento, representación del sentimiento, el
único espacio en el que la existencia puede acontecer, pese a esto el temor
reside en una temporalidad diferente.
No deja de ser paradójico, como distintos
espacios temporales coexisten, pese a sus distintas ubicaciones existenciales.
Sin embargo, el accionar existencial, si se quiere vivir realmente en el tiempo
actual, ha de coexistir en armonía sin obstaculizar el acto, ni el pensamiento
derivado al mismo….