martes, 25 de septiembre de 2012

Tan solo otra pesadilla…

     Ni hoy la veía ni ayer soñaba con ella… tan solo pensaba… pensaba en las facciones tenues de un rostro entre sombras, en la mirada que no decía nada… tan solo pensaba en la gris melancolía, aquella que necia invadía la conciencia, que entorpecía el discernimiento… oh insensato pensamiento, no era más que un tergiversado esbozo de un anhelo intangible, no era más que la cicatriz ardiente en el pecho de hojalata, no era más que el fantasma incoloro que se mimetiza con los deseos del mendigo que habita entre sueños y esperanzas… Eso era… tan solo un fantasma… Eso explicaría porque iba y venía entre la multitud, así entonces se resolvería el misterio de la doble percepción y los mensajes en clave… ah los mensajes en clave, tan sinceros como la interpretación de un código encriptado que lo dice todo y no dice nada a la vez, tan transparentes como la espesa niebla en el bosque. Si tan solo el aire hablase, si tan solo del viento se desprendiera un susurro, una pista, una letra escrita con cincel en aquel vacío imaginario tras los mensajes… 
     Y así como llegó se fue, se fue sin haber llegado, llegó sin siquiera saber por qué, entró por las murallas de piedra como si no existiesen, entró a resquebrajar los cimientos de cristal para luego desaparecer en una nube de ininteligibles murmullos, posiblemente escritos en el mismo lenguaje que los mensajes en clave…   
     No fue su llegada la chispa que encendió de nuevo la extraña sensación que las voces en el abismo llaman sentimiento, pues ésta ya de por sí estaba resguarda cual si fuese caja de Pandora. Sin embargo, sí fue una huella más en los recuerdos que se apegan a los bordes de aquella caja sellada y que con el tiempo pasan a formar parte de las cenizas y el polvo que se acumulan alrededor de la caja...
     ¿Tan solo fue un sueño entonces?, ¿acaso aquel fantasma fue solo un personaje de un sueño sin sentido?... Al menos eso sugería el epitafio en el cementerio de los recuerdos, que simplemente decía: “Aquí yace quién alguna vez se pensó que fue… la figura imaginaria… la tortuosa sensación… aquí yace… aquí yace otra pesadilla”…

sábado, 8 de septiembre de 2012

Si se callase el ruido

Si se callase el ruido, si las turbias sinfonías que pululan en la impía conciencia se disipasen… si tan solo el agravio de un manifiesto destrozase los insulsos atavíos que adornan los falsos pasajes… 
Sonríen las mascaras vacías, desde su interior se entonan coros atroces, desgarran la calma y la quietud del silencio, insisten en sustituir los hoyos negros de sus ojos por diamantes, mas en su afán por acariciar la perfección con sus artificiales garras tan solo logran horrendos chirridos, tan solo logran aumentar el ruido… ¡ruido atroz!, si tan solo se callase un instante, si tan solo dejase paso a la quietud del silencio, así podría oír el sollozo del planeta, anhelando lo que un día tal vez fue en la eternidad de un instante, si tan solo las fauces de las marionetas del acaecer dejasen de emitir aquellos molestos ladridos, empero, en los hilos que manejan su conciencia se refleja el mecánico bucle que conforma su accionar, hilos invisibles, visibles tan solo al oído… sonidos… y otra vez ruido… tic tac… tic tac… tic tac… cual si fuese el mecanismo de la torre del reloj, así suenan los monótonos engranajes solapados tras aquel ruido, así se manifiesta su incoherencia, así queda al descubierto el menoscabo de la ironía, implícita en su alegoría…
Enfermo, o tal vez solo agotado, agotado de escuchar el ruido… tal vez… no obstante, aún prevalece el ruido… ¿delirio?, es probable… mas si delirio es la respuesta, en el mundo está la pregunta, en el pasar de los días, en el zigzagueo de miradas vacías de los maniquíes, en el intercambio de desafinadas melodías, en la incoherencia  del contenido, en la paradoja  de lo emitido… sencillamente en el ruido…

jueves, 9 de agosto de 2012

No hay razón que explique el corazón

Cruel augurio, mitigante agonía, la rosa marchita que acompaña el desatino… ¿por qué las memorias han dejado de soñar?, ¿por qué las sonrisas del colorido arlequín se han convertido en la taciturna sombra tras el escenario? … son los días noches, son las noches tormento, tormento que retumba en el vacío de un corazón que palpita al unísono con la razón, que sintetiza los colores del arcoíris en fríos témpanos de hielo. Si tan solo loco escuchase su locura, si despertase del hechizo, de la armoniosa melodía que confunde los sentidos, sirena que ilumina la penumbra con su mirada, en cuyos ojos yace el encanto, en cuya sonrisa vive la flama que alimenta la tortuosa penitencia de vivir en el deseo de una ilusión incomprendida… Pese a lo ambiguo del pasaje, sabe bien que no puede huir del sentimiento, no hay razón que explique el corazón ni formula que defina la lluvia de estrellas que se esconde tras una mirada al alma, es en lo abstracto e impreciso de los detalles que se oculta el secreto de aquella ilusión, que como oasis al final del camino se percibe solo a la distancia… es así entonces como un acertijo que espera a ser resuelto que, cual subterfugio a media tarde se posterga y justifica por el miedo, es así como tan solo conserva esa sonrisa y esa mirada en la memoria, es así como cuenta los días, aguarda a que pasen los desvariados pensamientos y decide tan solo esperar con una rosa en su mano, una sonrisa en su rostro y la sinceridad en su mirada…

viernes, 22 de junio de 2012

El espejo de los colores

Qué extraño resulta ser el espejo de los colores, aquel que usa el común, el que encasilla, el que condena, el que complica… el que canta himnos a los otros mientras desmiembra su cognición, aquel que incapaz de comprender, decide entorpecer o simplemente reflejar sus colores en el espejo del otro en un ritual de falsedad, haciendo una sus necesidades, elaborando nimiedades… Solo entonces sus colores son de nuevo uno, uno que una vez nunca fueron, uno que una vez inventaron, del cual viene la diferencia a la cual atribuyen su inferencia...

domingo, 26 de febrero de 2012

Divagando en la mirada

Como puede ser de inquietante la mirada fantasma, el resplandor de un atardecer en un instante ilusorio que brilla sin medida entre turbios pensamientos. Es incluso motivo de sueños diurnos la insensata algarabía, la osadía de la lucha perdida, mas esto no lo comprende el heraldo de las pasiones que una a una convoca las musas  en torno a la imagen fugaz de la cálida sonrisa, del canto de sirena, de la mirada hipnótica…
Ingenuo continúa entonando sus canciones, como un trovador de ilusiones, como guiado por la imagen perpetua en su memoria, extasiado por la idealización, cegado por el veneno del inconsciente… Si tan solo se diese cuenta de la causa perdida… Si tan solo sintiese con la conciencia… Si tan solo lograse ver más allá de la proyección de su deseo… Comprendería que la lacerante melodía que lo hipnotiza no deja de ser una nota dentro de la orquesta… Y sí, sí es encantadora la mirada, mas no es posible vivir de la idealización, no se puede tocar lo intangible, no se puede existir en la ilusión. Aunque el sentimiento dicte que son los designios del corazón, las cicatrices de la memoria rectifican el error…
Triste es en efecto el camino de la asimilación, no deja de ser real el sentimiento a partir de una ilusión, al estar enraizado en lo más arcaico de la percepción. Sin embargo, más triste es el final del guión fundamentado en la impiadosa imaginación, más dolorosa es la caída del cielo de la tentación… Pese a eso… queda impune la maldita sensación de seguir divagando en la mirada… de vivir en la ilusión… 

viernes, 17 de febrero de 2012

A la sombra de la Parca

Mil años de la impiadosa marca negra… la marca… la marca del olvido cada vez más inmerso en la espesura de la niebla, difuminándose en el vacio… el vacio de aquel torso desgarrado por los años bajo la mirada de la Parca que vigilaba sus pasos y que no lo deja sentir la suavidad de los pétalos de rosa ni percibir la calidez de una mirada… Es largo el camino tras esos mil años, mas no así el recorrido. Es sin embargo tempestuoso y caótico. Dibujado con la sangre de vidas pasadas, entonado al son de los lamentos al aire… 
¿Y qué si ha de caer?... ¿Qué más da?... En la caída ha encontrado ya un aliado, un amigo, un compañero de copas en la taberna de las paradojas, en donde las contradicciones del corazón y la mente se entrelazan y son entonadas por los trovadores, que acorde tras acorde describen lo intangible del sentimiento en el vacio…
- ¡Vete ya Parca maldita!... ¡Que a tu sombra he dejado de ver la luz! – Gritaba al borde de la colina, con la esperanza de ahuyentar los fantasmas del pasado y a su mentor - ¡Deja ya de encriptar mis lagrimas!... ¡Deja ya de interponer tus frías manos entre el sentimiento y el razonamiento!... ¡Deja de carcomer mis entrañas con tus palabras!... ¡Deja que por fin pueda sentir la brisa a mi alrededor! – continuaba gritando en el silencio de la colina, en los aposentos de su conciencia, en el templo de su pensamiento…

domingo, 1 de enero de 2012

Despedida-Bienvenida

Nuevamente cae el telón de una función, la interpretación ante el público expectante de la ansiada novedad deja opiniones tan variadas, como interpretaciones hay del lienzo que nos ofrece el cielo.
 Desfilaron actores y actrices, dándose turnos entre sus incursiones, y algunas veces uniéndose, danzando un deleite de emociones, mientras el público observaba con avidez de formar parte de aquella onírica imagen que había ante sus ojos.
 Atrás quedan las diatribas dirigidas a aquellos personajes que desentonaron  la sinfonía, aquellos/as ilusos/as cuyo ego desmesurado entorpeció la labor del director de orquesta, aquellas mentes ensimismadas en su basto pensamiento y vasta rigidez. Atrás quedan también los recuerdos de aquellos destellos de alegría, aquellos actores y actrices que con su temple y su gracia en el escenario dejaron una huella en los corazones del público.
 Así pues, con una incierta pero ansiada cartelera de obras por venir, se prepara el teatro para recibir los nuevos actores y actrices, con el deseo de ser partícipe en algunas de sus obras… y quién sabe… con suerte protagonizar o coprotagonizar algunas de ellas…