sábado, 14 de septiembre de 2013

Abrazo y beso…

     Cuentan que una vez, en algún lugar… alguien caminaba todos los días, tan solo el sol le acompañaba bajo la figura de su sobra; sin embargo renegaba de éstos, pues eran falsos e ilusorios, no existían realmente, eran como accesorios, inútiles cual vacíos abalorios. Fue así entonces como les cambió por la luna, en ella no había sombra, mas sí devenía una helada briza que le refrescaba. Se acostumbró al frío, era su aliado, compañero y amigo; una leal compañía que le cubría su piel, que le abrigaba de la ironía.
     Un día el recuerdo le jugó una mala pasada, el sol y la sombra su mente recordaba, aquella sensación extraña diferente a la helada briza, provocaba un retumbo en su pecho y en su piel entrañas sensaciones… No importó, tan solo recordó… y nuevamente olvidó…
    Y entonces nuevamente recordó, que absurda necedad recrear imágenes y sensaciones de tal nimiedad; mas su mente le hablaba, casi gritaba… Buscó y buscó, buscó sin saber que buscaba; y así encontró aquello que no sabía si buscaba. ¿Una estatua acaso? Su quietud lo aparentaba, una trampa –pensó– mas su curiosidad le venció y lentamente se acercó. A metros de distancia aquella figura se movió; su cabello, largo hasta media espalda, se movía con una libertad inquietante; mientras sus piernas, delicadamente esculpidas, se combinaban con las pronunciadas curvas en sus caderas y busto para nublar el discernimiento… Ya no pensaba con claridad, del raciocinio no quedaban restos, su semblante en aquel entonces carecía de gestos.
     Finalmente su mirada ascendió hasta el rostro, la boca de aquella figura se movía como si le recitase versos directo a su cerebro, frases sin sentido que ensordecían sus pensamientos. Luego miró sus ojos, de los cuales se desprendía aquel brillo que invitaba al trance… Acto seguido se vio a sí mismo avanzando, lentamente sus piernas se movían sin que su cerebro siquiera se percatase… lentamente daba un paso… uno tras otro… era casi desesperante su falta de reacción ante aquella situación, mas su mente no respondía, no lo hacía ni siquiera con una reacción tardía…
     Y así sin más su cuerpo adquirió voluntad propia, se movía con total libertad, ya no obedecía, ¡¿A QUÉ SE DEBE TAL NECEDAD?! –gritaba, con el poco raciocinio que le quedaba–. 
     No había explicación a la continua y persistente tentación; y en tal confusión, los brazos de la figura comenzaron a moverse, formando un arco, como si le invitasen a ser uno solo. ¡ALÉJATE! ¡NO TE ACERQUES! –Gritaban desesperados los restos de lucidez en su cerebro– mas era inútil, su cuerpo ya no respondía.
     Su cuerpo finalmente hizo contacto con la figura, eran uno solo, los brazos de la figura se apoderaron de él. Fue así como nuevamente revivió aquella extraña sensación, aquella que anteriormente devenía del sol y su sombra, era agradable y al mismo tiempo desconcertante. Incapaz de resistirse cedió ante los aconteceres del momento, poco a poco se fue sumiendo en el instante, era como si estuviese cayendo en un sueño profundo; ya nada más importaba, solo aquella extraña sensación que nuevamente en su pecho retumbaba… cerró los ojos y tan solo se dejó llevar, apangando uno a uno todos sus sentidos…
    De repente dejó de sentir, unos segundos de incertidumbre, para luego despertar, abrió nuevamente sus ojos, el suelo fue lo primero que observó; al cual caían trozos de carne podrida. Lo primero que reaccionó luego de su vista fue su olfato, percibiendo el pútrido olor de la carne que veía, lo extasiaste del anterior trance comenzó a convertirse en ansiedad. Confundido, trató de moverse, pero su cuerpo no respondía. Recién tomaba lugar la desesperación cuando comenzó a funcionar otro sentido, el oído… Inició como tenues vibraciones, seguido de tan solo ruido, hasta convertirse en un gutural sonido, era casi como un gemido…
    Su respiración se aceleraba cuando comenzó a sentir un hormigueo en sus brazos, era su tacto que al fin funcionaba, trato de moverse, mas enseguida se percató de los brazos que le atenazaban, fue entonces cuando el terror se apoderó de la situación; los brazos que le atrapaban se derretían, la piel que les cubría ahora era negra, podrida, era la que anteriormente había visto que caía; ya tan solo quedaban unos brazos calavéricos que le envolvían…
  Desesperado comenzó a moverse, agitaba su cuerpo dominado por la histeria… Cuando por fin pensó que estaba logrando liberarse, las ahora tenazas calavéricas le aprisionaron con más fuerza y le obligaron a mirar hacia arriba para despertar el auténtico horror reflejado en su mirada… El bello rostro que anteriormente le hipnotizaba ya no existía, en su lugar se encontraba una careta hueca, con restos de piel negra y muerta deslizándose por entre sus facciones; de donde solía estar su boca ya no provenía frase alguna, ahora solo guturales gemidos auguraban su mala fortuna…
    Se encontraba paralizado, horrorizado, su cerebro le gritaba que huyera, mas su cuerpo estaba inmóvil, como si fuese de madera… Cual final de una obra teatral, la figura tomó su cabeza y le acercó los labios al hueco en donde solían estar los suyos, lo cual despertó su último sentido, el sabor de la carne podrida fue lo siguiente de lo que tuvo noción; quería vomitar, mas su cuerpo no dejaba de temblar… Nuevamente trató de liberarse… mas era tarde… ya no había nada más que hacer… era tarde para darse cuenta que había caído en los brazos de la muerte…

sábado, 31 de agosto de 2013

Ambigüedad… nimiedad… vaguedad…

    Tenaz vaguedad, fluctuante atrocidad, del cielo al infierno desciende a menudo cual si fuese una deidad. ¿Dónde buscas inferir un por qué? Has de saber primero, necesitas resaltar en letras doradas aquel deseo artero… Has de ascender de la fosa común del desdén, del deseo de no ser, de la mediocridad, de las masas clonadas, evitar escribir con la tinta indeleble de aquellas falsas miradas…
     Azarosa mascarada, triste es ver que sigue siendo trillada… azarosa… mas en cierto modo predecible… azarosa la falta de sentido, del mundo aullando a la luna del olvido, ecos van y vienen; resuenan al unísono, de fondo se perciben brevemente los tenues coros de los “infieles”, buscando una salida, quejándose de la falta de iniciativa del día a día…
     Ambigua la falta de sentido, la incongruencia de un discurso torcido, ¿por qué se insiste en hacer énfasis en un punto perdido? ¿Por qué siempre todo ha de reducirse al capricho de un ego dolido?... Niñería en efecto, mas a menudo termina siendo un puntual trayecto, un camino marcado, repitiéndose como una sinfonía, ¿acaso no cansa tal monotonía?...
     Puede ser una nimiedad, mas aún hay quienes se niegan a dejar morir la curiosidad, se revelan, luchan por evitar ser consumidos, no se dan por vencidos, tratan de evitar ser parte los patrones existenciales, trascienden de ser simples animales, rehúyen de una realidad paradójica, que contesta sí con no significando a veces tal vez…
    Habrán siempre quienes digan: “divagas”, ¿mas no es esa a menudo la excusa de las masas? Criticar aquello que no comprenden, aquello que les recuerde que no trascienden, lo que se escapa de su entendimiento, satanizar todo lo que se encuentre fuera de su reducida capacidad de discernimiento… En fin… Hablar, pensar… Son sanas costumbres… Convertir en un hábito el tratar de escapar constantemente de la ambigüedad… de la nimiedad… de la vaguedad…

jueves, 6 de junio de 2013

Escucha

Escucha los pasos, presta atención a los tenues trazos
escúchalos pues son los delirios de aquellos ocasos
son las reiteraciones de viejas canciones
De lacerantes e insensatas devociones…
Cae en cuenta del sonido inaudible
descubre el patrón en el destino predecible
escarba en el baúl de los recuerdos
desempolva aquellos absurdos acuerdos
aquellas palabras con punta de alabardas
asestadas cual impiadosas estocadas…
Escucha, tan solo presta atención
escucha cuando esté a punto de comenzar la función
la parodia de una irreal sensación
acto primero, acto segundo, acto tercero
uno a uno transcurren cual frenesí artero…
Presta atención, escucha, ¡escucha!
aprende a elegir tu lucha
no dejes que transcurra la charada
aprende a prever la estocada 
ya que no es un acto fortuito
es un patrón, es siempre el mismo delito…
Escucha, pues si eres necio y te sigues negando a escuchar
el mismo destino una y otra vez habrás de encontrar
hasta que acabes con el patrón
hasta que dejes de cometer la misma acción
hasta que te niegues a escuchar una vez más la misma canción…

jueves, 10 de enero de 2013

Mesa vacía

     Daban las 12 en la mansión, era el anuncio del día, la bienvenida de la noche. Uno a uno se reunían los fantasmas alrededor de la mesa, tarareaban su errática tonada mientras dejaban expuesta su traslúcida figura. Era la transparencia de no estar ahí lo que les distinguía en aquella reunión sin invitados, era su silencio lo que convertía el momento en una fiesta sin sonido.
     Fue así como comenzó el carnaval de sensaciones, con el tintineo de las copas al compás del brindis, con la casi inapreciable armonía de la vajilla de plata.
     En la sinfonía de murmullos, se apreciaba tan sólo un patrón, sólo una coincidencia compartían aquellos ininteligibles siseos… el nombre del anfitrión… resonaba al unísono… una y otra vez… como si esperasen algo… como si estuviesen coreando el nombre del protagonista de su propio espectáculo privado… la intensidad del sonido aumentaba lentamente mientras se servía el platillo principal.
     Y así llegó el momento esperado, una vez más el silencio se apoderó del lugar y las miradas se hicieron una al centrarse en el anfitrión, quién yacía perplejo tras la enorme bandeja plateada frente a él. Pronto sus instintos se apoderaron de su discernimiento, sus pensamientos se volvieron borrosos, ya no existía lucidez… tan solo restaba sucumbir ante el deseo y degustar su platillo.
     Mientras degustaba la textura de su platillo con fervor, una solitaria y tibia gota descendía por su mejilla. Cada segundo que pasaba en su descenso producía una cálida sensación, invitaba a un trance infinito, a una hipnosis perpetua… por un segundo todo era paz y tranquilidad, un orgasmo masivo… hasta que la gota finalizó su descenso… ¡Ja, ja, ja, ja! Rompió la quietud una gutural carcajada, ya no habían fantasmas en la habitación, era una mesa vacía, una enorme mesa de madera. 
     En la confusión tras su estado de trance el anfitrión agitó su cabeza y miró a su alrededor, no había nada, estaba solo… al menos eso pensaba hasta que miró al frente, al otro extremo de la mesa posado sobre una silla se encontraba un espejo. Al fijar su mirada en el espejo sólo observó su propia silueta, gris y sin rostro, de la cual únicamente se distinguía una torcida sonrisa que emitía la carcajada que terminó con su éxtasis.
     Una extraña sensación de humedad terminó de hacerlo despertar, miró sus manos, rojas como el vino tinto; para luego observar su cuerpo cubierto de sangre y un agujero en su pecho… por último observó la bandeja de plata para darle una última mirada a su platillo, que a medio devorar palpitaba lentamente… con su último aliento tomó conciencia de lo que había hecho, había devorado su propio corazón…

martes, 25 de septiembre de 2012

Tan solo otra pesadilla…

     Ni hoy la veía ni ayer soñaba con ella… tan solo pensaba… pensaba en las facciones tenues de un rostro entre sombras, en la mirada que no decía nada… tan solo pensaba en la gris melancolía, aquella que necia invadía la conciencia, que entorpecía el discernimiento… oh insensato pensamiento, no era más que un tergiversado esbozo de un anhelo intangible, no era más que la cicatriz ardiente en el pecho de hojalata, no era más que el fantasma incoloro que se mimetiza con los deseos del mendigo que habita entre sueños y esperanzas… Eso era… tan solo un fantasma… Eso explicaría porque iba y venía entre la multitud, así entonces se resolvería el misterio de la doble percepción y los mensajes en clave… ah los mensajes en clave, tan sinceros como la interpretación de un código encriptado que lo dice todo y no dice nada a la vez, tan transparentes como la espesa niebla en el bosque. Si tan solo el aire hablase, si tan solo del viento se desprendiera un susurro, una pista, una letra escrita con cincel en aquel vacío imaginario tras los mensajes… 
     Y así como llegó se fue, se fue sin haber llegado, llegó sin siquiera saber por qué, entró por las murallas de piedra como si no existiesen, entró a resquebrajar los cimientos de cristal para luego desaparecer en una nube de ininteligibles murmullos, posiblemente escritos en el mismo lenguaje que los mensajes en clave…   
     No fue su llegada la chispa que encendió de nuevo la extraña sensación que las voces en el abismo llaman sentimiento, pues ésta ya de por sí estaba resguarda cual si fuese caja de Pandora. Sin embargo, sí fue una huella más en los recuerdos que se apegan a los bordes de aquella caja sellada y que con el tiempo pasan a formar parte de las cenizas y el polvo que se acumulan alrededor de la caja...
     ¿Tan solo fue un sueño entonces?, ¿acaso aquel fantasma fue solo un personaje de un sueño sin sentido?... Al menos eso sugería el epitafio en el cementerio de los recuerdos, que simplemente decía: “Aquí yace quién alguna vez se pensó que fue… la figura imaginaria… la tortuosa sensación… aquí yace… aquí yace otra pesadilla”…

sábado, 8 de septiembre de 2012

Si se callase el ruido

Si se callase el ruido, si las turbias sinfonías que pululan en la impía conciencia se disipasen… si tan solo el agravio de un manifiesto destrozase los insulsos atavíos que adornan los falsos pasajes… 
Sonríen las mascaras vacías, desde su interior se entonan coros atroces, desgarran la calma y la quietud del silencio, insisten en sustituir los hoyos negros de sus ojos por diamantes, mas en su afán por acariciar la perfección con sus artificiales garras tan solo logran horrendos chirridos, tan solo logran aumentar el ruido… ¡ruido atroz!, si tan solo se callase un instante, si tan solo dejase paso a la quietud del silencio, así podría oír el sollozo del planeta, anhelando lo que un día tal vez fue en la eternidad de un instante, si tan solo las fauces de las marionetas del acaecer dejasen de emitir aquellos molestos ladridos, empero, en los hilos que manejan su conciencia se refleja el mecánico bucle que conforma su accionar, hilos invisibles, visibles tan solo al oído… sonidos… y otra vez ruido… tic tac… tic tac… tic tac… cual si fuese el mecanismo de la torre del reloj, así suenan los monótonos engranajes solapados tras aquel ruido, así se manifiesta su incoherencia, así queda al descubierto el menoscabo de la ironía, implícita en su alegoría…
Enfermo, o tal vez solo agotado, agotado de escuchar el ruido… tal vez… no obstante, aún prevalece el ruido… ¿delirio?, es probable… mas si delirio es la respuesta, en el mundo está la pregunta, en el pasar de los días, en el zigzagueo de miradas vacías de los maniquíes, en el intercambio de desafinadas melodías, en la incoherencia  del contenido, en la paradoja  de lo emitido… sencillamente en el ruido…

jueves, 9 de agosto de 2012

No hay razón que explique el corazón

Cruel augurio, mitigante agonía, la rosa marchita que acompaña el desatino… ¿por qué las memorias han dejado de soñar?, ¿por qué las sonrisas del colorido arlequín se han convertido en la taciturna sombra tras el escenario? … son los días noches, son las noches tormento, tormento que retumba en el vacío de un corazón que palpita al unísono con la razón, que sintetiza los colores del arcoíris en fríos témpanos de hielo. Si tan solo loco escuchase su locura, si despertase del hechizo, de la armoniosa melodía que confunde los sentidos, sirena que ilumina la penumbra con su mirada, en cuyos ojos yace el encanto, en cuya sonrisa vive la flama que alimenta la tortuosa penitencia de vivir en el deseo de una ilusión incomprendida… Pese a lo ambiguo del pasaje, sabe bien que no puede huir del sentimiento, no hay razón que explique el corazón ni formula que defina la lluvia de estrellas que se esconde tras una mirada al alma, es en lo abstracto e impreciso de los detalles que se oculta el secreto de aquella ilusión, que como oasis al final del camino se percibe solo a la distancia… es así entonces como un acertijo que espera a ser resuelto que, cual subterfugio a media tarde se posterga y justifica por el miedo, es así como tan solo conserva esa sonrisa y esa mirada en la memoria, es así como cuenta los días, aguarda a que pasen los desvariados pensamientos y decide tan solo esperar con una rosa en su mano, una sonrisa en su rostro y la sinceridad en su mirada…